Te lo digo en chiste... Es una frase usada para justificar aquello que se dijo como cómico, pero que encubre algo que puede ser obsceno o agresivo. Pero cuando el chiste se enuncia desde el lugar del poder hacia un público masivo y se dirige en clave hacia personas determinadas, que sólo ellas pueden decodificarlo, se trata lisa y llanamente de un mensaje mafioso.
En la contratapa del domingo pasado, Clarín publicó la tira “La Nelly” de Sergio Langer y Rubén Mira, que tiene como título: “Matrimonios y algo más: los argentinos y la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo".
En el primer cuadro, se ve a dos hombres frente a una oficina del registro Civil, uno de ellos pregunta: "¿Qué pasa que estamos sin vigilancia?" y el otro responde "Los canas están con el juez…" En el cuadro siguiente, ya dentro de la oficina, uno de los personajes aclara "... están practicando para aplicar la nueva ley..." Y en el mismo cuadro el juez dice "Cabo Sosa... ¿acepta por esposo y/o esposa al principal Carbone?". “Afirmativo, acepto…” contesta uno de ellos vestido de mujer.
Un mal chiste, malísimo, que pasaría desapercibido para cualquiera menos para el atento Jefe de Gabinete Anibal Fernandez, que denunció la existencia de mensajes mafiosos en esa tira, ya que los dos custodios de la Presidenta se llaman, precisamente, Sosa y Carbone.
"Hablaron de los responsables de la custodia de la Presidenta de la Nación, son las cosas a las que nos vemos sometidos todos los días. El Principal Carbone y el Cabo Sosa existen".
No se trata de darle vueltas a “El chiste y su relación con el inconsciente” ya que los autores de la tira son meros empleados del monopolio, lo que sorprende es la unidad de concepción, la manifestación de la voluntad de la empresa hecha carne en cada escriba y firmante hasta el punto de expresarse en las tiras cómicas más inocentes y pobres.
Es un hecho grave o mínimo, según como se lo quiera ver, pero advierte sobre hasta dónde puede llegar el “periodismo independiente”.
Ernestina, devolvé los pibes…. Y esto no es chiste
En la contratapa del domingo pasado, Clarín publicó la tira “La Nelly” de Sergio Langer y Rubén Mira, que tiene como título: “Matrimonios y algo más: los argentinos y la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo".
En el primer cuadro, se ve a dos hombres frente a una oficina del registro Civil, uno de ellos pregunta: "¿Qué pasa que estamos sin vigilancia?" y el otro responde "Los canas están con el juez…" En el cuadro siguiente, ya dentro de la oficina, uno de los personajes aclara "... están practicando para aplicar la nueva ley..." Y en el mismo cuadro el juez dice "Cabo Sosa... ¿acepta por esposo y/o esposa al principal Carbone?". “Afirmativo, acepto…” contesta uno de ellos vestido de mujer.
Un mal chiste, malísimo, que pasaría desapercibido para cualquiera menos para el atento Jefe de Gabinete Anibal Fernandez, que denunció la existencia de mensajes mafiosos en esa tira, ya que los dos custodios de la Presidenta se llaman, precisamente, Sosa y Carbone.
"Hablaron de los responsables de la custodia de la Presidenta de la Nación, son las cosas a las que nos vemos sometidos todos los días. El Principal Carbone y el Cabo Sosa existen".
No se trata de darle vueltas a “El chiste y su relación con el inconsciente” ya que los autores de la tira son meros empleados del monopolio, lo que sorprende es la unidad de concepción, la manifestación de la voluntad de la empresa hecha carne en cada escriba y firmante hasta el punto de expresarse en las tiras cómicas más inocentes y pobres.
Es un hecho grave o mínimo, según como se lo quiera ver, pero advierte sobre hasta dónde puede llegar el “periodismo independiente”.
Ernestina, devolvé los pibes…. Y esto no es chiste
Correctisimo,como chiste es malo y como boludez no da jugar con el laburo de dos tipos.
ResponderEliminarPdta.registrate en networkedblogs,asi te pongo en comunidad bloguera de facebook.
Saludos.
NO TIENEN VERGÜENZA NI HONOR.
ResponderEliminar¿ALGÚN PARENTESCO CON INNOMBRABLES?
Comparto totalmente la interpretación que hace Aníbal Fernández de los hechos
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