a no faltar

TODOS A LA PLAZA DE MAYO

MIERCOLES 18 DE JUNIO – 15 HS

En defensa del gobierno nacional y popular

Hace poco más de tres meses, el gobierno nacional en ejercicio de sus atribuciones estableció derechos de exportación a los granos de acuerdo a la evolución de su precio en el mercado internacional. Las denominadas “retenciones móviles”

Esta medida de política económica dictada para resguardar la soberanía alimentaria de nuestro país fue resistida por las patronales del sector agropecuario mediante la convocatoria a un “paro” que tuvo y tiene como metodología principal el corte de rutas en varias provincias, provocando desabastecimiento, aumento de precios y perjuicios en amplios sectores de la economía. No obstante el "campo" siguió trabajando y exportando sus productos incluso en cantidades y valores superiores al año pasado.

El gobierno nacional, desde el primer momento ha abierto el diálogo con el sector y ha respondido a parte de sus demandas sobre las consecuencias de las retenciones móviles. Así se ha dispuesto el reintegro a pequeños y medianos productores, subsidios al flete para zonas extrapampeanas, modificación de las retenciones para la comercialización de granos a futuro, acuerdos de exportación de carnes y liberación de la exportación de trigo. Además se ha propuesto la discusión de una amplia agenda agropecuaria para tratar la producción láctea, las economías regionales y regularizar el trabajo rural entre otras cuestiones. Pero una y otra vez, la patronal ha descartado el diálogo y endureció su "paro" en defensa de las superganancias de la soja. Así durante casi tres meses han mantenido los cortes de ruta obstaculizando el derecho constitucional a transitar y a trabajar libremente. Las amenazas y agresiones del "campo" han sido moneda corriente en las rutas, ciudades y pueblos de nuestro país, contra comerciantes, trabajadores, industriales, vecinos y autoridades elegidas por el pueblo.

Pero no han estado solos en su accionar ilegal y antidemocrático. Los medios masivos de comunicación encabezados por el grupo Clarín han desatado una feroz campaña contra el gobierno: desinformando, tergiversando y discriminando a los sectores populares a toda hora y por todos sus medios. También la oposición política se ha unido a la cruzada desestabilizadora: La Coalición Cívica, El PRO, los radicales y el duhaldismo, que hace apenas seis meses perdieron escandalosamente las elecciones encontraron en el reclamo del "campo" una vía de disputa del poder sin someterse a la voluntad popular. En la escalada desestabilizadora se han sumado además las patronales de los transportistas y otros sectores como las petroleras que desabastecen y especulan con los combustibles.

En este escenario estamos en las puertas de un golpe económico que tiene por objeto manipular a un gobierno debilitado para sostener sus privilegios amenazados y hacer retroceder al pueblo a los niveles de pobreza y desempleo sufridas hace poco tiempo.

Pero nuestro gobierno en nombre de los 8 millones que votamos a Cristina no acepta a ser sometido a la extorsión de un sector económico y sus aliados. No se trata de enojo o capricho, sino de responsabilidad institucional y respeto a la legitimidad democrática. Porque quienes votamos hace unos meses, lo hicimos por un gobierno que ejerciera su facultad para adoptar medidas orientadas a la redistribución del ingreso y para que represente a todos en el diálogo y negociación con las corporaciones sin aceptar imposiciones ni amenazas.

El "clima destituyente" ya tiene hoy sus grupos de choque en las rutas y ciudades, sus personeros políticos y su prensa. No estamos en momentos de entender de qué se trata el programa de "la nueva derecha" y sus procedimientos discursivos y políticos, porque ya los conocemos. Se trata de actuar contra su accionar antidemocrático y desestabilizador.

Es el momento y la hora de tomar partido.

La tempestad

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